Cualquier otra parte.

¿Dónde va y a dónde quiere ir? ¿Dónde está y dónde quiere terminar?

Hablo de que siempre tenía una última palabra. Un último baile. Una última canción. Una última copa. Su vida era siempre un gol en el descuento. Un permanente acto de locura como subir a rematar un córner con el portero. Hablo de cogerte de la mano y llevarte lo más lejos posible. De no querer soltarte nunca. De que son interminables las escaleras, si no hay quien te espere después. De tal vez quédate a dormir. De tu puta sonrisa disparando a quemarropa, de aprovechar cada uno de tus detalles y ces't la vie, get the live.

Siempre me recordó al personaje de un cuento de Disney que decía: "Yo no buscaba a nadie, y te vi" 

De como cuando eras niño y no pensabas nunca en el mañana. Y yo que últimamente dedico demasiado a imaginar que estas conmigo. De que tengo dos mil razones para olvidarme de todo y no pensar más que en tu voz. De inventarte en cualquier mirada, en cualquier gesto, en cualquier cama. Y que oportuno, tenías que ser tú. Y es que el pasado siempre nos alcanza.

Apuro la copa de un trago, recuerdo el humo y tus manos. Hoy todo lo demás es lo de menos. Quizás este mes este siendo una novela de F.G. Lorca, excitante, rápida, viva. Y ojala sea así, y no me equivoque. Y no me desordene un poco más. He de decirte, que cumplir años ha pasado desapercibido con el hecho de estar contigo, y eres culpable de que hoy me sienta jodidamente bien. 

/Álvaro