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Es un secreto a voces que le tengo cierta manía a los domingos, últimamente me sientan extrañamente bien, será por la voz de Zahara, o Falkner, o porque parece que la primavera esta a punto de llegar. Estoy desconectado del mundo, no le hago mucho caso al móvil y me importa muy poco lo que sucede a mi alrededor. Estoy como sin estar y que bien estoy así. En estos días de desconexión he pensado en decir todos los te quiero que se me quedaron por decir, porque a la larga suele ser peor quedarte con ellos dentro, luego no me atrevo y se vuelven a quedar ahí. Y es que pienso que quién tiene el poder de desordenarme los días, habitar(me) los domingos y quedarse a vivir dentro de mis lunes, tendría todo hecho conmigo. En verdad no pido tanto, un botón de huida hacia ninguna parte, donde nadie pueda encontrarnos. En verdad si, si pido demasiado, que suene música en mi cabeza cada vez que la vea, o que me dediquen canciones para tener una excusa y pensar en ella, son mucho trabajo. 

Mis noches con cara de me muerden las ganas y mis sueños contigo. Ser el recorrido mismo de sus sonrisas. Que le gusten los ''Amantes del circulo polar'' o ''Tu vida en 65''. Porque ya no existen los latidos de mis besos a deshora. Porque sin ti, ya no soy. Gracias por ordenarme las ganas de tenerte. Que aprendiera a conocerme con las ojeras de la noche anterior. Porque querer(nos), es la forma más bonita que tengo de existir. Porque existir, es la forma más bonita que tengo de querer. O mejor dicho, la única forma que se de hacer algo bien. Que pinte de blanco mis miedos. Y tú, cómo osas habitarme tan dentro. Tan tan dentro. Explícame lo que quieras, quédate todo el tiempo que me queda. Sólo te pediré una cosa: átame despacio si alguna vez te da por volver... Suave y lento. No quiero que el olvido nos apriete demasiado, de eso me encargaré yo. No quiero que el silencio haga ruidos de madrugada, jugando al escondite con el insomnio y perdiéndome en unos pestañeos de más. Que ya sabes que luego me cuesta levantarme y se me vuelven a ordenar los días. Y no lo soportaría. Me gusta vivir sin pensar en qué día estoy. Me gusta vivir sabiendo que estás. 

No te preocupes, nuestra historia no tiene finales. Ni esto habla de ti. Porque si alguna vez te fueras, escribiría un argumento mejor y volvería a empezar el libro. De momento sigo con éste. Debo estar bastante enfermo, pero me gusta más tu guión. En verdad, te echo de menos.

/Álvaro