Creo que la solución sería escapar, tan lejos de aquí que no existan palabras. Y quizás te traiga algo, momentos perdidos de mis viajes a ningún lugar y a lo mejor me olvido de ti, será tarea difícil, casi imposible. En verdad, no me escaparía si no es contigo de la mano y entonces si que seria verdad, me daría igual el destino y lo que se quedara atrás. Pero ya ves, ahora solo eres un secreto suave, el recuerdo del roce de tu pelo y alguna promesa de enseñarme a bailar. Ambos sabemos que sólo hubiese aprendido por tenerte a milímetros de mi lo que dura una canción.
Yo hubiese sido feliz así, besayunándote cada mañana, diciéndote que la luna brilla más cuando la miramos los dos, jugando a las caricias con tu cuello, aprendiendo la mecánica de tus sonrisas, y se que algún día te cansarás de las mentiras en los labios, y volverás, y me salvarás de nuevo.
/Álvaro
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