Allí donde solíamos gritar.

No culpes a la luna de lo nuestro, ambos sabemos que la magia esta en tus dedos, entre los míos, por supuesto. Magia que se hace visible solo cuando me sonríes despacito y se me contagia alguna sonrisa a mi también. Un buen mago no dice nunca sus trucos, pero esta vez era un truco sencillo, e incumpliendo alguna norma, lo desvelaré, se llama N. N de nada, de nadie y de ti. 

De nada, por dejarte aquel bipolar, por conocer a alguien como tú. Por nuestras noches, por las excusas que uso para verte. De lo que dejas si te vas. De que pienses en mi por alguna calle de Madrid. Por no decirte lo que pensaba cuando me hablabas de algún idiota que no te quería besar, por decirte que guapa cuando estas despeinada en la cama. Por nuestras canciones, y digo nuestras porque con nadie sonarán igual. 

De nadie, ella no se deja atrapar, nunca quiso ser de nadie. A veces me hace creer que compartiría su vida conmigo, y yo le quito su anillo y se lo vuelvo a poner disimulando un "quieres casarte conmigo?" Me dice que tendríamos un perro y una ventana muy grande en nuestro dormitorio. Una gran colección de discos y fotografías juntos. Esta claro que sería justo en frente de su playa favorita en Cádiz. De que todo esto me daría igual si la tuviera entre mis brazos.

De ti, de lo que me dejas ver cuando estamos juntos. De que tenemos más poesía en nuestros besos que en las palabras. De matar monstruos en el cristal del coche y del miedo que me da que te puedas ir. De que a tu breve porción de tiempo le doy mis 24 horas del día. De que la magia no le pertenece al mago, sino a ti.

/Álvaro