Eme.

Vengo a decirte lo mismo que tantas veces te he dicho, y si, la verdad es que me cuesta, pero sabes que soy mucho mas de impulsos que de casualidades, y de las que piensan que vale más la pena arrepentirse por aquellas cosas que se hacen, que por las que no. Cuántas veces he pensado que sería la última, que no volvería a saber de ti, y sin embargo aparecías, cada vez más colgado de la luna y más descolgado de la realidad, con tus gestos, tus palabras, tus canciones, tu guitarra... Like a rolling stone.

Y entonces, aunque me hubiera prometido que esa vez no volvería a caer, me acordaba de la primera vez, cuando vestías mi sonrisa preferida y me contabas esa forma tan personal de planear el asalto al mundo. Empezaste a cambiar el mundo, hablar de más y porque no, a enredar un poco sabiendo que, tenías razones para disparar y salir a matar. Y todo, sonaba bien, sonaba igual que tu, sonaba alegre. Pero supongo, que la vida va poniéndonos delante cosas, situaciones, personas y depende de nosotros escoger bien o no. Sí, yo también me pregunto quién pensó el guión, debe estar bastante enfermo, pero siempre suele gustarnos más el hecho de buscar para no soñar chic@(s) guap@(s) y muy caliente(s).

En algunos momentos, puedes pensar que hace tiempo que no juegas a ganar pero, al final, no solo se trata de eso, se trata de saber que tienes gente con la que puedes contar, con la que puedes disimular, beberte el mar (que es sólo una miguita), porque sabes de sobra, (como buen jurista) que uno de los derechos básicos es el derecho a la risa, y a las sonrisas (Ley 7/2000 redactada por mí) porque como bien establece el artículo 71 "mejor reírse, es lo más serio".

Y bueno, ya no se que contarte, que no te haya contado ya, supongo que te estarás preguntando el porqué de un mensaje kilométrico con estas características. Si te digo la verdad, para tu cumpleaños, quise alquilar un cantante de peso, y la verdad me asusté al leer esos precios, así que espero que no seas capaz de odiarme. Y si sigo contando verdades, te diré que el porqué de este mensaje es simplemente; porque sí. Porque me apetecía recordarte y quizá recordarme a mi también, que todo llega, todo pasa, y todo cambia, que de hecho, no hay principio ni final, solo lo que quieras ir contando y bueno, también porque siempre has tenido nombre de canción, y eso, se merece una felicitación en condiciones, o por lo menos un intento de ello.

Para ir terminando, decirte, que sí, ¿me pongo los zapatos y me llevas?, supongo que nos faltará pista de baile para bailar tu canción pero ¡¡míranos!! no bailamos tan mal, (quizás) son los demás los que no saben. Y tal vez, solo tal vez, en un futuro, cuando el destino nos alcance podamos volver a compartir una tarde juntos, aunque no sea de esas que acaban en besos y manos enlazadas, y bueno si es así, al menos que parezca un accidente y no un crimen pasional. O si no, siempre me quedará ese día, tarde, hora o minutos por los que estás "obligado" a compartir una coca-cola conmigo (o un helado de vainilla) y me avances tu vida, tus nuevos retos, y las nuevas chicas a las que les rompes el corazón, ya sabes, será como aquella canción de los años ochenta.

Lo único que me queda es desearte los mejores años del mundo, que sigas siempre sin frenos, y empieces a disfrutar ya de tus nuevos 365 días. Felicidades cariño y te mando un beso por correo urgente a 250 km de distancia.


Y así, me partió el corazón. 

/Eme > Álvaro